El Baúl de los Recuerdos...

Un día cuando todavía vivía con mi mamá y cuando mi viejito todavía no era mi viejito sino mi novio, estábamos muy campantes viendo en el internet no sé que cosa, hasta que se nos ocurre ver quién iba a jugar con quién y que vamos viendo que mis Cowboys iban a estar Vs el equipillo ese de los 49ers (yo no entiendo la ironía... mi ciudad favorita en este mundo y donde yo siento que tuve una vida pasada es San Francisco jo jo) así que se nos ocurrió la puntada de pelarle al juego. Hicimos todos los arreglos, compramos los boletos, mapas, pedí permiso en el trabajo y le dije a mi amá que íbamos a ir a Dallas, nomás para que me aventara un choro mareador de que no estaba bien que me fuera sola con el novio, que no estábamos casados y que qué iba a decir la gente (al fin de Tangamandapio tenía que ser) a lo cual yo con todos mis 23 años en ese entonces contesté: "a mi jamás me ha importado lo que diga la gente y no voy a dejar de vivir porque a los chismosos no les parecen mis actos así que si no les gusta... que miren para otro lado".

En esos días todavía no contábamos con la maravilla de tecnología que es un GPS (que por cierto.. jamás, jamás vuelvo a ir a ningún lugar que no conozca sin un aparatejo de ésos. No way Jose) así que imprimimos las driving directions en Yahoo y ahí vamos. Salimos como a las 6:00 a.m.. y todo transcurría muy bien, pasamos un lugar que ni se veía nada por la neblina y llegamos a desayunar a un lugar que se llama Monahans. Seguimos nuestro camino deteniéndonos nomas que para cargar gasolina. Por ahí de las 4:00 p.m. estábamos entrando a Ft. Worth si mi memoria no me falla, claro. Parecía que todo iba muy bien, las indicaciones que seguimos nos llevaron a donde debían hasta que de repente seguimos y seguimos y seguimos y seguimos y nada, ni las luces del hotel ni de la dichosa calle que no recuerdo si se llamaba Grapevine o Walnut o ninguna de las dos y empezamos a entrar en pánico; "qué tal si no nos respetan la reservación y qué tal si esto o si lo otro" así que nos paramos en una gasolinera a llamar al hotel para decirles que íbamos a llegar poquito tarde y para preguntarle al clerk para dónde jalabámos y sí, afortunadamente llegamos al Fairfield Inn Las Colinas, muy cerca del estadio y a un brinquito del DFW.

El clima no ayudó porque el día del partido llovió y llovió hasta que se cansó aparte de que ya había llovido toda la noche, duramos horas en la fila para entrar al estadio que nos perdimos el primer cuarto, el segundo lo ocupé en tomar fotos y en perseguir a las vaqueritas porque bajaba yo las escaleras hasta el ras del campo y hasta eso un señor que no sé qué cosa era pero muy buena onda me dio chanza de tomar las fotos, no si hasta ganas me daban de sentarme por ahí pero no me hubiera durado mucho el gusto y las dichosas Vaqueritas ya se habían ido para el otro lado, ahí voy a madre hasta afuera por otra de las entradas, todo para que cuando llegara, ellas ya estaban al otro extremo y así anduve, total de que no le atiné. Se llegó el medio tiempo, nos acomodamos en nuestros lugares y ahora sí a disfrutar del partido. Pobrecito de mi viejito, todo mundo vestido de azul de pies a cabeza incluída yo y él era de los poquitos que andaba de rojo ji ji ji, total de que después de dos cardíacos cuartos y por culpa casi de la mala suerte, los Cowboys perdieron y yo me quedé pasmada :<

Saliendo del estadio nos fuimos a recorrer un rato la ciudad pero ni llegamos muy lejos porque como ya dije antes, estaba llueve y llueve y no hallábamos para donde jalar, yo traía la cara metida en el mapa y ni veía nada nomás una bola muy grande con luces para un lado y después para el otro. Como yo perdí pues me tocó pagar la cena en Chili's, ahí también cerca del estadio. Cenamos taaaanto que yo salí de ahí casi rodando, con un dolorazo espantoso de estómago como si se me fuera a reventar y casi me petatée y en Chili's no volví a poner un pie como en dos años. Luego le decía al infeliz de mi todavia-no-viejito: "ándale, párate en un baño o regrésate al hotel, me duele mucho el estómago" y luego el gacho todavía me decía: "no, el hotel está muy lejos". Yo creo pensaba que la cosa no era grave pero sí era aunque lo raro era que no andaba cursienta ni nada de eso. Al fin nos paramos en un Wendy's y la idiota de mi dejé mi reloj en el sink que cuando me acordé ya andábamos bien lejos que cuando nos regresamos ya lo habían recogido los que trabajan ahí y qué bueno porque ese reloj me lo había regalado mi viejito para mi sapo verde!!

Al día siguiente nos regresamos a Juárez y a trabajar. Fue un viaje bien padre, nos la pasamos super juntos como siempre y fue también una bien bonita experiencia que quedará siempre para el Baúl de mis recuerdos!!