Mi plantita

Pobrecita mi plantita! No sé si será un Romeo o una Julietita pero desde que llegó a mis manos la pobre no ha sufrido otra cosa más que atentados y no creo que viva una vida feliz como se supone que las plantas deben vivir la vida.

Gumercinda, que creo así se llama la planta, vino a mí una tarde cualquiera del año 2003 (o sería el 2004?) como un regalo de mi suegra y alegró mi escritorio mientras estuve trabajando donde trabajaba y cuando ya no trabajé donde trabajaba fue que su desgracia comenzó. Pobre Gumercinda, vino a esta casa a sufrir maltratos y vejaciones que la verdad ya hasta me da pena y siento que hasta me mira feo y no vaya a ser la de malas que un día de estos amanezca yo ahorcada.

Un día, cuando Gumer todavía estaba chiquita, a la inteligente de mí se le ocurrió sacarla a que le diera dizque el sol y fui y la ataqué arriba del boiler! A quién se le ocurre poner una planta arriba de un armatoste de calor como ésos? Pues a mí. Pobrecita de Gumercinda, resultó con todas las hojitas tatemadas pero raramente no rajó leña porque a los pocos días la pobrecita se compuso, claro despué de haberle tenido que arrancar las hojitas chamuscadas... o sea todas. No conforme vine y la puse en las escaleras, hasta que cierto fatídico día mientras yo bajaba, le di un patín y hasta el suelo fue a dar y fue tal el madrazo que se acomodó que se le salió toda la tierra. Así duró buen rato la ingrata con la mitad de las raíces de fuera hasta que me digné a comprarle una bolsita con tierra y pudo sobrevivir.

Después de analizar que en las escaleras también corría peligro, me la llevé al baño y la puse arriba del depósito del agua, lo cual tampoco funcionó porque casi no le daba luz y se empezó a secar pero su suerte estaba a punto de cambiar porque por esas épocas nos fuimos de vacaciones y llevé todos mis especímenes a la casa de mi mamá mientras nosotros regresábamos. Pinche Gumercinda, yo creo que fue feliz porque se puso rete bonita, rejuveneció, le salieron hojitas nuevas y todo el kit así que pensando únicamente en su bienestar decidí dejarla ahí, donde yo sabía que estaría mejor. Y aunque ni tanto porque un año después mi mamá se va a vivir a El Paso y la incauta se quedó solita y su alma; se le acababa el agua y allá cada nunca se le volvía a poner y si a eso le sumamos que ya es una plantota y que la maceta ya le queda chica pues...

Meses después mi mamá rentó su casa y me obligó a recoger a Gumer. Yo no quería y creo que ella tampoco (la Gumer) porque, pues ya todos sabemos el destino que iba a correr si regresaba y al fin después de mucho pensarla, me la traje hace como cinco meses durante los cuales no sucedió ningún percance y ya nos estábamos llevando muy bien y digo estábamos porque, definitivamente, el día que se me ocurre andar con limpiaderas no suceden cosas buenas ya que al pasar un trapo para levantar el polvo, sin querer, aventé a la Gumer al suelo y otra vez se le salió toda la tierra; ya ni la quería recoger porque se me afiguraba que la maceta había caído encima de la enredadera y se había quebrado lo cual no sucedió porque la condenada, a pesar de las adversidades, ha dado muestras de ser una sobreviviente.

Esa es mi Gumer!

Escuchando:

Leona Lewis

"Bleeding Love"

"Footprints in the Sand"

"The Best You Never Had"

"Homeless"

"Here I Am"