sábado, enero 13, 2007

Yo la vi

Fue hace como 80 años o fueron 19? No sé. No me acuerdo pero la vi....

Ese día llovió tanto que el agua que corría por las orillas de las banquetas casi se juntaba una con la otra a media calle para así formar un solo río. Yo estaba amarchinada a ver Kolitas y la méndiga tele que estaba arriba de la cómoda nomás no se veía bien. Pero claro, cuando uno es niño no hay obstáculo posible y la dichosa antena, aunque no le alcanzara no me iba a detener, faltaba más. Así que como ya lo había aprendido en la casa de las cuatas, lo único que tenía que hacer era sacar un cajón de la cómoda, subirme a él y de ese modo acomodar la antena. Pero ay tonta de mí!... sólo busqué el rodadero y fui a dar derechito al piso con todo y mueble y televisión encima y si no me maté fue porque la orilla del mueble cayó en la orilla de la cama y formó un espacio con el suelo que dio cabida a mi chiquito ser. La televisión fue de el mueble a mi cabezota, de mi cabezota a la cama y de la cama al suelo y yo como buena gusga que sabe que la cajeteó y grande, salí corriendo que hasta el trancazo que me di se me olvidó, nomás que no llegué muy lejos porque el estruendo hizo salir a mi abuela de su cuarto y me ha puesto una tunda marca diablo.

Qué pasó? Dónde estuvo la falla? si según yo todo lo tenía fríamente calculado y tan calculado lo tenía que nunca razoné que las cuatas que por cierto eran tilicas, flacas y aparte chaparritas, sí; en efecto, se subían a un cajón para acomodar la tele pero ése era el cajón de tremendo roperote que nos doblaba la estatura y no una méndiga cómoda de seis cajones que apenas y me sacaba 10 ó 15 cms. de altura que lógicamente no soportó mi peso y me cayó encima. No hubiera sido más fácil arrimar una silla? Sólo pregunto.

Se llegó la noche y yo ni vi Kolitas, casi me quiebro la cabeza, me dieron una tunda y para el colmo de los males mientras yo estaba acostada en mi cama sin poder dormir y mi abuela en la suya, sucedió qué al estar mirando hacía el pasillo en el que apenas se distinguían las luces de afuera pasó por enfrente de la puerta la calaca que hace las veces de muerte con todo y la cosa esa que siempre anda cargando, volteó a verme al cuarto y siguió caminando encorvada, riéndose y de puntitas como para no hacer ruido. Me quedé con el ojo cuadrado pero no recuerdo haberme muerto del susto sino que simplemente me levanté de mi cama y fui y me acosté en la de mi abuela.

Tengo ese recuerdo tan claro como si hubiera sido ayer que no creo haberlo soñado. No sé.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo vi algo parecido, pero mas culero; a nadie le comente, a dif de ti fue que lo mismo que vi yo, lo mismo lo vio mi hermana, y tambien, lo tengo en mi memoria como si hubiera sido ayer.
Charro

Mr. Magoo... dijo...

Que buena historia me cae, las peripecias que hace uno de chamaco, y luego la huesuda pa rematar con broche de oro el dia.

Saludos.